Cada motor tiene un procedimiento de arranque diferente. La razón de esto es porque la gasolina fría no se vaporiza bien y la gasolina no se quemará a menos que esté en forma de vapor.
Cuanto más frío está el motor, más difícil es que la gasolina se vaporice.
Hay estudios que dicen que en el frío del Ártico, los motores no se incendian por las temperaturas que llegan a los 40 grados bajo cero.